La original iniciativa de Pescaleón se institucionaliza para años venideros.

Será, a partir de ahora, el segundo domingo de junio cuando todos los años se celebre el día internacional de pesca a la leonesa. Es el justo reconocimiento a una forma de pescar que ha hecho escuela en esta provincia y que no es simplemente una técnica de pesca, sino toda una cultura nacida hace siglos y cultivada con esmero por criadores de gallos, montadores de moscas y pescadores maestros en la observación del río que siempre enseña algo nuevo.

La fecha elegida no es casual. Es precisamente en junio, cuando la primavera ha florecido en todas las riberas y cuando los ríos todavía conservan el caudal que fluye de las fuentes y neveros, cuando todo el hábitat se llena de vida, estalla con las eclosiones de los insectos acuáticos y las «pintonas» recobran todo su poderío que ha quedado debilitado tras las frezas.

La jornada, en la que han participado asociaciones de pescadores, expertos criadores, montadores y autores junto con los socios de Pescaleón y cuantos aficionados han querido sumarse al evento, se desarrolló en el Aula de río de Vegas del Condado.

La proclama que marcaba el inicio, no solo de la jornada, sino de un ciclo que pretende perpetuarse, corrió a cargo del Presidente de Pescaléon Rubén Pérez con un emotivo discurso que sintetizó esta «forma de pescar arraigada en nuestra cultura desde hace siglos y con el exponente bíblico que es el manuscrito de Astorga».

La conferencia magistral corrió a cargo de José Luis García González, autor del libro «Pluma, seda y acero». El autor realizó un recorrido por la historia de la pesca «a la leonesa» que utiliza los indios y los pardos, plumas de los gallos arraigados en el valle del Curueño. Y fue precisamente Adelina Juárez, de La Cándana, una de las últimas criadoras de estos gallos, la que realizó una demostración del manejo en la «pela» de las plumas contestando a cuantas preguntas se le plantearon por los asistentes. También el Profesor Garnica quiso estar presente en este día, apoyando la iniciativa, y concluyendo con la frase ‘Yo estuve allí’.

Llegó después el turno de los montadores de moscas ahogadas y de confección de cuerdas para la pesca, que se completó con las clases de lance para niños. Entre tanto los cocineros preparaban una gran paella que se consumió con avidez por los presentes, bien acompañada por los caldos del Bierzo. Y como no podía ser menos, la fiesta concluyó con la práctica de pesca real tanto en el lago como en el tramo de río que el aula de Vegas del Condado ofrece a quienes la visitan.

Un aula de río en la que Javi y Kique Sabugo mantienen la ilusión de tantos visitantes, de todas las edades, que se acercan a este apasionante mundo de la pesca.

Uno de los alicientes que más llama la atención a los asistentes es la «pela» del gallo de pluma. La forma de quitar la pluma y adobar al gallo para que no sufra y regenere su plumaje, es seguida con gran interés. Al mismo tiempo se van dando explicaciones de las virtudes y características de los «pardos e indios» en sus diferentes variedades.

El montaje no se limita al modelo de mosca (ahogadas, secas o ninfas), pero si se pone una condición lógica, que la pluma utilizada para las imitaciones pertenezca a gallos leoneses.

En suma, una extraordinaria jornada de pesca en el más amplio sentido, con muchos pescadores siguiendo cada una de las actividades de un día que se llamará el día internacional de pesca a la leonesa.

Los montadores y autores, junto con los socios de Pescaleón pasaron una jornada de pesca inolvidable para que los principales rasgos de la pesca se mantengan siempre, sin olvidar nunca como se deben realizar las artes de la caña.